Y todo empezó por el Cantábrico!!!


Hace ya 7 años, como pasa el tiempo, un amigo de mi hermana y yo decidimos hacer el interail pero por falta de tiempo cambiamos de plan. Nos seguía gustando la idea del tren asique decidimos coger el FEVE camino a Asturias. Destino? Gijón, con paradas en Ribadeo y Luarca...


Desde Ferrol después de unas horas viajando paramos en Ribadeo, último pueblo gallego antes de llegar a Asturias. Teníamos tiempo  hasta el siguiente tren, asique tocaba bocata en un jardín y comenzar a caminar...


Desde el centro, en la oficina de turismo alquilamos unas bicicletas para ir por la costa hacia el faro de Ribadeo que se encuentra en la isla que le da nombre, situada en la margen occidental de la ría del Eo.



Después de un descansito y café en terraza decidimos retomar el viaje cara a Gijón. Llegamos de noche y sorprendidos por la cantidad de gente que había y todas las vespas que había aparcadas por todos lados, sin saberlo, estábamos inmersos en el FESTIVAL YEYE!!!


Acampamos en el Camping de Gijón. Desde allí para bajar a la playa de San Lorenzo hay un paseo marítimo muy chulo cargado de esculturas y con unas vistas inmejorables.


La cuesta del Cholo  es uno de los lugares míticos de Gijón, cuya visita no puede pasarse por alto. Situada en el Barrio de Cimadevilla es uno de los enclaves veraniegos más concurridos.
El sol y el buen tiempo, invitan a muchos gijoneses y visitantes a sentarse con la botella de sidra a lo largo de la cuesta.
Para disfrutar de la noche hay un montón de bares y pubs de diferentes ambientes en zonas como el puerto, Cimadevilla o zona de vinos alrededor de la plaza...pero hay un sitio muy especial decorado con todo tipo de parafernalia relacionada con la iconografía de los 50 acumulada durante años. Fue y es lugar de encuentro de rockers, con música en vivo todas las semanas: SAVOY CLUB Lo mejor es la música, esas canciones antiguas que nunca pasan de moda, que te suenan o que conoces de versiones posteriores.
La tercera parada y última antes de volver a casa fue LUARCA. Dormimos en el camping Los Cantiles que  está localizado en un acantilado desde el que se tienen unas vistas increíbles es muy tranquilo y las instalaciones están limpias.


Luarca está rodeada de mar y montaña lo que ofrece un montón de posibilidades, pero un simple hasta la playa está muy bien. Sin olvidar parar a tomar sidra y pastel de cabracho, por ejemplo, en alguna de las tascas que hay en el puerto. El camino desde el centro de la ciudad al camping es muy bonito aunque cuesta arriba, pero se lleva muy bien y las vista son fantásticas como las que se pueden ver desde el faro.

En Luarca hay un museo muy peculiar, el Centro del Calamar Gigante. Allí se pueden ver ejemplares de calamares gigantes además de alguna criatura marina algo peculiar.

                                                  
                



Una vez más...PUTXA ASTURIES!!!

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